Bajo el eslogan “La belleza no tiene edad. La fertilidad si”, el gobierno de ese país lanzó una campaña publicitaria que busca generar conciencia en torno a los bajos índices de natalidad.

 

El mensaje, lejos de lograr el resultado esperado, consiguió un amplio rechazo en redes sociales siendo calificado de “retrógrado” y “medieval”.

 

‘Es un insulto a todos. A quien no logra procrear y a quién querría, pero no puede, porque no tiene un trabajo’. Con estas palabras el periodista y escritor italiano, Roberto Saviano, a través de redes sociales, se refirió al “Día de la Fertilidad”, una campaña impulsada por el gobierno italiano y que busca mejorar los bajos índices de natalidad que afectan al país galo.

 

Este país, junto a España, son las naciones de la Unión Europea en las cuales las mujeres son madre tardíamente, según cifras de la OCDE. Cosa que fue entendida por el ministerio de Sanidad italiano como una señal para crear avisos publicitarios que estuvieran enmarcados en una gran campaña.

 

Sin embargo, en redes sociales los mensajes principales de la campaña  “La belleza no tiene edad. La fertilidad sí” y “No esperes a la cigüeña”, no fueron bien recibidos, siendo calificados como retrógrados, medievales y sexistas.  

 

La ministra de Sanidad, Beatrice Lorenzin, explicó que la campaña “no pretende aumentar la natalidad, sino la prevención sobre la fertilidad”. Sin embargo, anunció que los avisos no han sido afortunados y que serán modificados.

 

En Chile, el Consejo de Autorregulación y Ética Publicitaria, Conar, vela por el uso no ofensivo de la publicidad. De hecho, a través de su código de ética establece que “los mensajes publicitarios no deben contener afirmaciones o presentaciones visuales o auditivas que ofendan los conceptos morales o de decencia que prevalezcan en la comunidad o en sectores importantes de ella”.

 

Y en un sentido más específico, Conar, en el mismo código agrega que “los mensajes publicitarios no deben discriminar arbitrariamente, denigrar, menospreciar, ridiculizar ni burlarse de personas o grupos, en especial por motivos raciales, étnicos, religiosos o por su género, edad, discapacidad u orientación sexual”.

 

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